A partir del concepto de oscuridad/silencio, se crean imágenes que convergen en espacios mentales capaces de asociar el sonido dentro de un entorno psíquico. Partiendo de estructuras físicas relacionadas, la luz/brillo y la oscuridad/vacío delimitan el espacio representado. El espacio interpreta algo que es complejo y caótico, dejando que el sonido exista por sí mismo en un entorno sonoro cambiante, reaccionando ante la actividad de la mente del espectador. La obra presenta características cambiantes y no estables, dependiendo del espacio y sus condiciones específicas.
Marzo 2004 Compañía Niños perdidos. Espacio Meteora, Sevilla.
[ambient, idm, paisajes sonoros]